SÉQUESE MI DIESTRA

568Lleno de anhelo,
permanecí largo tiempo
ante las sagradas puertas que hoy
se me abren generosas:
hoy me admite la Familia en su seno.
¡Mi corazón no logra comprender tan grande dicha!
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
569No puedo concebir
nada más hermoso en la tierra,
que regalarme a nuestra Familia
y ser un auténtico hijo suyo
en cuerpo y alma,
entregando a ella
todas mis fuerzas.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
570Otros podrán alabar sus comunidades
y desarrollarse en ellas
según su estilo;
para mí en esta tierra
no hay dicha mayor,
que esforzarme con magnanimidad
por nuestros ideales.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
571Desde hoy
puedo llevar mi emblema, *
que anunciará jubilosamente
a todo el mundo:
estoy incorporado para siempre
a la comunidad;
para esta comunidad he nacido.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
572Vivo en esta Familia
nacida de la mano de Dios,
porque Dios en su bondad
me escogió para ella.
Sólo en ella,
y en ningún otro lugar de esta tierra,
podrá garantizarse tanto mi salvación.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
573La Madre me ha aceptado con bondad
y, como solo ella puede hacerlo,
se ha comprometido
a cuidarme fielmente
en cada circunstancia de la vida,
para que, alegre, algún día
me acoja la aurora pascual.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
574Pertenecido por entero a Cristo
y a nuestra Madre,
que llenos de benevolencia
siempre se inclinen hacia mí
podré luchar heroicamente
por la verdadera libertad
y ofrecerla día a día con gozo a Dios
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
575Puedo ir con libertad soberana
de un lugar a otro,
si así Dios lo quiere,
pero nunca
abandonaré la comunidad
que busca estrecharme
con íntimo amor.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
576Nuevamente he recibido
padre y madre
y a muchos hermanos
llenos de nobleza;
tengo un derecho
a llevarlos en mi corazón,
y en sus corazones a establecer mi tienda.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
577Sus aspiraciones, su amor,
su dolor, su oración
me ayudan a alcanzar
el puerto eterno;
lo que con sacrificios de amor han conquistado,
me ayuda para que un día
entone el alegre canto de victoria.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
578Por el esfuerzo noble y puro
de mis padres y hermanos,
quiere el Padre
colmar mi alma en abundancia,
y porque con sencillez
hacia el Padre ellos peregrinan en Cristo,
complaciente me mira nuestra Madre.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
579Su valiente avance
a través de la corriente de los tiempos,
con altivez me ensancha
el corazón y el horizonte;
los honores que lealmente han logrado,
acrecientan
mi conciencia de familia.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
580Su lucha noble y heroica por la santidad
me significa diariamente
un nuevo estímulo;
con ellos quiero luchar
por la palma de victoria
y entonar cada día
alegres salmos de amor.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
581Tan entrelazado estoy con la Familia,
que todo el que la alabe,
a mí debe alabarme,
y aquel que la desprecie,
a mí tendrá que despreciarme;
hasta tal punto han de considerarnos
una sola unidad.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
582Lo que la Familia
hace por agradar a Dios,
cada nuevo hijo
que se suma a sus filas,
todo eso me repercute
como sucedido a mí:
ella es y será mi otro yo aquí en la tierra.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
583Sus arrugas,
faltas y debilidades
nunca destruirán mi respeto por ella;
no permitiré jamás
que sus limitaciones humanas
me aparten
del gran amor que le profeso.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
584Lo que hacia fuera
no pueda aumentar su honra,
siempre me guardaré de publicarlo;
sobre ello extiendo
un manto de silencio
y lo expío
con una vida de santidad.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
585Y aunque me desengañe la Familia,
nunca
me apartaré de su lado;
lo que ella me dio,
quiero retribuírselo
elevando siempre su esfuerzo
hacia lo más alto.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
586Nos mantenemos
inseparablemente unidos...
Arda el fuego del amor a la Familia.
En ella y con ella
queremos luchar y vencer;
por nosotros
debe ella cumplir su misión.
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
587Aquellos que estuvimos una vez
junto al altar,
nunca seremos motivo de vergüenza
para la Familia;
la fidelidad que en el altar juramos
permanecerá siempre:
ninguno ha de perderse,
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.
588Considero una de las mayores gracias,
que la bondad
con la que Dios conduce mi vida,
me haya benignamente
guiado hacia la Familia.
¡Si pudiese agradecer
como debiera!
  Sea Dios mi testigo:
  Séquese mi diestra,
  Schoenstatt,
  si de ti me olvido.