CÁNTICO DE GRATITUD

612¡Cayeron las cadenas!
Resuene en las voces de todos
un jubiloso cántico de gratitud que se eleve
desde los santos recintos de Schoenstatt.
613En el difícil camino de peregrinación
Dios se ha manifestado ante nuestra comunidad
en su grandeza y sabiduría,
para gloria y alabanzas suyas.
614Cuanto el poder y la astucia de Satanás
idearon como infortunio,
lo transformó la mirada del Padre
en nuestra suprema felicidad.
615Aquello que era terreno en el pensar
o demasiado humano en la entrega,
quiso Dios orientarlo hacia las alturas
y sumergirlo enteramente en su corazón.
616Así formamos hoy una férrea unidad,
fundidos en el amor de Dios,
y luchamos sin fatigarnos
en contra de los engendros de Satanás,
617a fin de que nazcan hombres nuevos
que, siendo aquí en la tierra libres y fuertes,
se comporten como Cristo
en las alegrías y dificultades
618y que solo con Cristo entrelacen
el afán de sus corazones,
así como durante su vida se entregó
María, la Madre y Esposa.
619En agradecimiento, nuestras almas
escojan al Cordero de Dios
para desposarnos con El por la eternidad
y ser contados entre los que permanecen fieles.
620Y ahora que nos amenaza un súbito derrumbe,
¿quieres, Señor, morir nuevamente?
¿buscas también con estos requerimientos de amor
a herederos de tu santa transfiguración?
621Si es así, mira la grey de los que son tuyos,
a esta porción signada con la pequeñez y la pureza,
y por misericordia únelos a ti
para en ellos aparecerte nuevamente al mundo.
622En ellos Tú puedes sufrir,
luchar, apacentar
y a través suyo prepararte de nuevo
las alegrías de la resurrección.
623Por ellos edifica
la ciudad fundada en el cielo,
hacia la cual con entera confianza
alcen todos la mirada.
624Hasta los confines del mundo
puedes enviar
a quienes hoy se te consagran,
para complementar tu Reino en la Tierra.
625María, recibe la ofrenda
en tus fieles manos de madre,
y así, hasta nuestro paso a la vida futura,
no cese este cántico de gratitud.
Amén.